lunes, 30 de noviembre de 2009

FEDERICO GARCIA LORCA


"Se descorre la cortina. El alma del libro va a ser juzgada. Los ojos del lector son dos geniecillos que buscan las flores espirituales para ofrendarlas a los pensamientos. Todo libro es un jardín. ¡Dichoso el que lo sabe plantar y bienaventurado el que corta sus rosas para pasto de su alma!... Las lámparas de la fantasía se encienden al recibir el bálsamo perfumado de la emoción."


Fragmento del prólogo de Impresiones y Paisajes (1918) de Federico Garcia Lorca.
No sé porqué, pero desde hace unos días pienso en Lorca y no puedo sacármelo de la cabeza. Hoy pensé en ese último poema: el que creó fruto de la duda frente al abismo que se abría ante él, mientras daba los últimos pasos hacia el infinito. Estoy segura que su mente dio vida al poema perfecto; en ese instante final, ante lo inevitable, donde no queda lugar para el temor, dolor , incertidumbre, porque ya todo fue consumado, solo hay certezas. Un espíritu tan exquisito no pudo estar ajeno a ese instante solemne: finalmente iba a desvelar el gran misterio; atrás quedarían las culpas y los culpables, los cómplices y los asesinos. La vida y sus miserias, los hombres y los miserables quedaron de este lado del camino.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Tocar el cielo con las manos...

esa era la sensación que tenía la tarde en la que me puse a trabajar en los souvenirs de mi sobrinita.
Qué más se puede pedir: hacer manualidades bajo el cielo de Huerta Grande, sobre un tronco, rodeada de naturaleza y ese olorcito tan particular en el aire que solo se siente en las sierras.
En medio de tanta belleza y paz, me puse a cortar vidrios que luego soldé con la técnica de Tiffany, para hacer espejos. Ya voy a incluir alguna imagen de los terminados.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Dos pinturas en oleo sobre tela









SOCABÓN - Es un trabajador de una mina en la provincia de Salta, Argentina.











MATERNIDAD



Es común que se pregunte al que hace manualidades, con qué materiales le gusta trabajar. Puede que se tenga predilección por uno u otro. En mi caso, como se dice vulgarmente, yo no le hago asco a nada. Desde que tengo uso de razón, siempre estaba con pinceles o plastilina; con ellos construí mis mejores recuerdos de la niñez. Después empecé con pinceles y acuarela, hasta que descubrí el alucinante mundo de la cerámica. Después de mucho volví a los pinceles, con los óleos que me deslumbraron; de ese período son estos cuadros (1997-1999). Curiosamente me preguntaron porqué siempre pinto caras (ahí me dí cuenta que estaba pintando casi exclusivamente caras). Se me ocurrió como respuesta posible que siempre quise decir algo con las cosas que hago; con el Socabón, por ejemplo, me impactó la vida tan sacrificada de la gente en las minas y pensé que si pintaba a esa persona que me había dicho tanto con su mirada, podía transmitir eso que despertó en mí a otros.
Con respecto a Maternidad, siempre me gustaron los caballos; vi una imagen de un potrillo con su mamá y pensé inmediatamente en la mía y en lo mucho que me gustaría estar acurrucada con ella, así que este cuadro lo pinté como hija...
Espero que pasen un buen momento y gracias por detenerse acá.

Algo en vidrio
















descubrí también, las posibilidades que da el vidrio. Parece algo tan "estático", sin embargo, es sumamente dúctil, solo hay que conocerlo y tratar de explotar todas las posibilidades que da.
Acá muestro tres ejemplos de vitrofusión. La tercer imagen muestra un vidrio que pinté para una ventana, tomando un diseño para vitral; también una cenefa y un toseto que fue de guarda a un baño. Tanto el baño como la ventana están expuestos en entradas anteriores.

Algunos trabajos hechos hace tiempo














En el 2003 empecé comercialmente con la cerámica. Desarrollé una línea de músicos y bailarines, y algunas fachadas de almacenes y casas de la década del 30 (en la que se desarrolló el tango, que llegaría al auge en las décadas siguiente).
Me presenté en San Telmo y Caminito (La Boca). Fue una buena experiencia; ahí tuve mi primer contacto con el cliente. Algunas personas me daban su opinión aclarando que no iban a comprar, pensando que me pudiera molestar esto; era todo lo contrario, siempre fue muy importante para mí las opiniones objetivas, es muy lindo ver la reacción en una persona desconocida de algo que salió de mi cabeza.
La primera foto es el Trompezón, un bar muy antiguo de la zona de San Telmo en los primeros años del siglo. Un día se acercó a mi puesto en San Telmo, una señora mayor que estaba emocionada porque cuando vio esa pieza se acordó que de chica, ella había entrado en el Trompezón con su papá. Obviamente me lo compró. Eso para mí fue impagable; estoy convencida que no hay pago mejor para un artesano o artista que la emoción que nace en otros a partir de la pieza que uno hace en soledad, estando en contacto con una parte muy profunda de uno mismo. Yo miro cualquiera de mis piezas y me acuerdo lo que me pasaba por la cabeza en el momento de hacerla; no se porqué pero es así.
Un día, uno de mis tíos estaba muy preocupado porque se le había roto una de mis piezas; traté de tranquilizarlo haciéndole saber que yo tenía guardado el placer de haberla hecho. Es cierto que da pena que algo se rompa, pero las piezas se disfrutan desde la pella de barro o el pedazo de vidrio informe o al abrir el pomo de pintura.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Lo último que hice
















Este es un hornillo para esencias que hice últimamente. Lo vi en una ambientación feng shui y me pareció original el formato. No sé si era exactamente igual, pero yo la armé de acuerdo a lo que me pareció recordar. Me gustó el resultado final.